La televisión argentina en los 50
Para cuando la Revolución Libertadora toma el poder, el objetivo de su política de medios queda definido mediante la intención de desperonizar y desmantelar el sistema mediático.
Una de las primeras medidas de Lonardi fue la firma del Decreto 170/55 que declara nulas las adjudicaciones realizadas en 1954 y faculta al gobierno para nombrar interventores. Asimismo, el Decreto 1731/ 57 deroga la Ley de Radiodifusión promulgada por el peronismo. En ese mismo año, se sanciona el Decreto- Ley 15460, cuya configuración para los medios es la siguiente:
- Definición del servicio: De interés público
- Sistema: mixto competitivo (SOR + Privados)
- Financiamiento: publicidad sin límite
- Duración de las licencias: 15 años, desde su adjudicación
- Autoridad de aplicación: CONART (Consejo Nacional de Radio y Televisión)
- Redes: No se permiten. Un mismo propietario sólo puede tener una licencia de radio más una de TV.
- Capital extranjero: no admitido
En 1958 Aramburu firma el decreto por el cual se adjudican las tres primeras licencias para establecer canales privados de televisión, se crean los canales 9, 11 y 13 de Capital Federal, quienes a partir de 1960 comienzan a buscar financiamiento.
CANAL 9- CADETE- Ind. TV +militares- NBC- Telecenter
CANAL 11- DICON- Iglesia Católica- ABC- Telerama
CANAL 13- RIO DE LA PLATA TV- UCR- P+ Oligarquía- CBS- Proartel
Como la ley prohibía la participación del capital extranjero, la relación se estableció mediante productoras asociadas controladas por empresas norteamericanas. Dichas productoras vendían sus contenidos a las canales de Capital y del interior, desvirtuando también la prohibición de transmitir en cadenas y reforzando el centralismo porteño.
La televisión argentina en los 60
La fisonomía actual del sistema televisivo que conocemos, con su sistema propio de explotación comercial de tipo competitivo, fue adquirida claramente durante la década del 60. En esta etapa se amplía la oferta de programación, se masifica la tenencia de aparatos receptores y se consolida el sistema publicitario.
A partir de 1965 se comienza a vislumbrar un paulatino alejamiento de los capitales extranjeros de la TV argentina. Las razones podrían ser dos: primero, la crisis de rentabilidad que por entonces sufría la TV norteamericana y el traslado de las inversiones hacia otras áreas tecnológicas más atractivas (satélites, VCR, TV por cable); segundo, y en definitiva, el objetivo inicial que era abrir nuevos mercados a la producción de contenidos norteamericanos ya había sido logrado. Las cadenas norteamericanas continuarán vendiendo sus productos a las bocas de expendio establecidas en Sudamérica, aún habiéndose deshecho de sus acciones en las productoras nacionales.
Con el retiro de las inversiones extranjeras, nuevos actores ingresan en la estructura de propiedad de estos tres medios:
CANAL 9- Romay
Canal 11- Héctor Ricardo García (Diario Crónica)
CANAL 13- Goar Mestre y Flia Vigil (Ed. Atlántida)
Si bien el decreto Ley que establecía la nueva Ley de Medios de la dictadura se firmó en 1957, su reglamentación no se concretó hasta 1965. En ese año se firma el Decreto 5490 que rectifica la fecha de inicio para el conteo del plazo de duración de las licencias. El mencionado decreto indica que el plazo debe calcularse desde la fecha en que la emisora inicia sus transmisiones, lo que significaba extender de hecho dos y hasta tres años el plazo de caducidad. La consecuencia de esta reglamentación se visualizará luego en 1973, cuando el peronismo cuestione dicha rectificación.
Orígenes de la TV por Cable
Es posible encontrar puntos de contacto entre la forma en que nació la radio y los orígenes de la TV por cable en nuestro país. La actividad comienza en Córdoba, cuando tres amigos aficionados deciden crear un circuito cerrado de TV para impulsar la venta de los televisores que fabricaban.
Hacia fines de los 60 eran 29 los sistemas de cable. En la década del 80 se inicia su expansión, tecnología satelital mediante, hasta llegar al sistema oligopolizado que conocemos hoy.
El desarrollo de la TV por cable se vio favorecido en sus inicios, al igual que la radio, por la ausencia de reglamentación específica para la actividad: sólo hacía falta un permiso municipal para extender el cableado. La Ley de Medios de la última dictadura (22285) tampoco vislumbró su potencial, comprendiéndolo como un “servicio complementario”.
La televisión argentina en los 70
Durante los 7 años que duró la dictadura de Onganía, Levingston y Lanusse, sólo se otorgó un canal de aire a licenciatarios privados. Este hecho habla de una fuerte centralización política del Estado, motivada por la radicalización social y política que se verificaba en el país.
En 1972, Lanusse firma el Decreto 6708 que deroga el Decreto 5490 reglamentario de la Ley 5490. Esto hace que el cómputo de los plazos de caducidad de las licencias se retrotraiga a la letra original, es decir, que se compute desde la fecha de adjudicación.
En 1973 Lastiri, ocho días antes de la asunción de Perón, firmaba el Decreto 1761 por el cual se declaran caducas las licencias de los tres canales porteños, más el canal 8 de Mar del Plata y el canal 7 de Mendoza. Gracias al decreto firmado por Lanusse en 1972, las licencias debían renovarse y el peronismo tenía en sus manos la decisión de estatizar o re- adjudicar la explotación de las frecuencias.
Perón regresó a la Argentina fuertemente influenciado por el modelo de televisión europeo, visión que sumada a la fuerte crisis económica, redundó en la estatización de todos los canales privados del país.
En 1974, Perón convoca a todos los gremios vinculados con el medio televisivo para consensuar un modelo de “servicio público” con un desplazamiento hacia la lógica de complementariedad (y no ya “de interés público” con una lógica competitiva). Pero tras la muerte de Perón y con el ascenso de López Rega, no sólo el proyecto queda trunco, sino que se inicia un periodo de fuerte persecución a los gremios y a los trabajadores de la cultura en general, al mismo tiempo que aumentaba la censura. Los medios nacionalizados formarán entonces parte de una valiosa herencia para el Proceso.
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Bibliografía:
Bulla, G. (2006) Televisión argentina en los 60: la consolidación de un negocio de largo alcance. En: “Mucho ruido, pocas leyes: economía y políticas de comunicación en la Argentina 1920- 2004. Mastrini, G. (Coord). La Crujía, Buenos Aires.
Morone, R. y De Charras, D. (2006) El servicio público que no fue. La televisión en el tercer gobierno peronista. En: “Mucho ruido, pocas leyes: economía y políticas de comunicación en la Argentina 1920- 2004. Mastrini, G. (Coord). La Crujía, Buenos Aires.
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